De todos es conocido que la convivencia vecinal en las comunidades de propietarios no siempre es fácil ni pacifica, siendo las mismas una fuente de conflictos derivados de situaciones de morosidad, problemas de convivencia por las molestias de mascotas, tendido de ropa, ruidos, volumen alto de música y televisión, malos olores, o cualquier otro incumplimiento de las normas más elementales de convivencia o del reglamento de régimen interior.